COMO CONTROLAR EL PENSAMIENTO

Ejercicio: Clasificar los pensamientos

Vamos a utilizar los dedos de las manos para ir contando los pensamientos que lleguen a nuestra mente en un plazo de cinco minutos. Utilizaremos la mano izquierda para contar los pensamientos negativos y la mano derecha para los positivos. Sin juzgar y sin tratar de ordenar los pensamientos, solamente vamos a contemplar el diálogo mental que se produce en nuestro interior y, con rapidez, decidiremos cuál es bueno y cual es malo.

Por lo general, la mano izquierda es la que se completa más rápido. Según una estadística científica, se sabe que la mente humana produce alrededor de 60,000 pensamientos diarios y que, en su gran mayoría, estos son negativos. De esto se puede deducir claramente que no son los pensamientos los que se manifiestan, sino las creencias. Pueden imaginar, ¿cuan caótica sería nuestra vida si todo lo que pensamos, algún día llegara a ser realidad? Hay personas que piensan algo en la mañana y luego algo diferente en la tarde. También tenemos dudas y contradicciones. Sólo los pensamientos más dominantes o repetitivos son los que se manifiestan, especialmente aquellos que tienen una gran carga emocional grande y un sentimiento de convicción.

A lo largo de nuestra vida podemos ir ejercitando técnicas para ayudarnos en el proceso de transformación mental. Algunos serán simples, otros no tanto, pero la idea es ensayarlos todos e ir determinando sobre la marcha y siguiendo nuestro propio juicio, evaluaremos cuales son los mas ventajosos para uno. El proceso no es rápido y debemos de ser pacientes y amables con uno mismo, ya que es muy fácil retroceder. No hay manera de mejorar nuestra vida si tenemos la mala costumbre de pensar en problemas y catástrofes. Esto solo traerá más problemas y más catástrofes. Hay personas que tienden a magnificar sus problemas, si sienten un dolor de estómago, creen que tienen cáncer. Debemos de aprender que el peor de nuestros tormentos, sólo vive en nuestra mente, es un pensamiento, y como tal, tenemos la posibilidad de poder cambiarlo.